Aún era de día cuando entramos allí
un grupo de jóvenes bebían anís
Era un sitio oscuro y apestaba a serrín
nos miraron atentos a Jon y a mí

Éramos dos, Jon y Yo

El camarero era manco, con un mechón gris
Movía los ojos como un colibrí
Trago a trago fuimos conociendo allí
a la gente que ahora os presento aquí

Eran así, eran así:


Laura era modelo y se dejaba querer
fue portada de sudokus durante un mes
fumaba todo el rato y roncaba al reír
metió algo en su bolso y se largó de allí

Se fue, se marchó


Gorka hablaba deprisa y se sentía mujer
había abandonado su pueblo anteayer
la ciudad era vicio y continuo placer
el Bulldozer salvaje le llamaban a él

Y salió, se marchó


Juan bebía ginebra por una mujer
compañera de un curso de CCC
Agitaba sus brazos y juraba que él
Era el teclista nocturno de Sandro Rey

Éramos dos, Jon y Yo


El camarero manco nos invitó a algo
yo dije gracias pero antes debo ir al lavabo
A volver, a Jon, se habían llevado
a un cuarto oculto tras un petaco de Los Soprano

Había 4 mujeres Jon estaba tumbado
rodeado de huesos de un pequeño venado
cantaban desnudas y con acritud,
eran Las Hermanas del Halo de Belcebú


Y agarré de las manos y tiré de Jon
el cabrón decía “nunca he estado mejor”
nos marchamos en silencio y volando de allí
Las mujeres del Halo se reían de mi

Éramos dos, Jon y Yo


Y ahora todo ha acabado, sí, todo ha acabado
Jon me dice “qué coño haces ahí sentado
todavía hay algo abierto allí”
¡Jon quería seguir de marcha por Madrid!

Y me fui, me marché

Éramos dos, Jon y Yo

Éramos los dos, sólo Jon y yo.